Este solomillo que hoy os traigo es el plato habitual en nuestra cena de Nochebuena, o mejor dicho, en la comida de Navidad, porque cuando terminamos con todos los entrantes, ya no queda sitio para la carne... Además, es una receta a la que recurro mucho cuando tengo invitados en casa, y como veréis no requiere de ingredientes complicados ni excesivamente caros. Si queréis que sea un poco más especial, y podéis permitíroslo, comprad un buen solomillo ibérico. Y por supuesto, no olvidéis acompañarlo de una buena barra de pan, pues la salsita está espectacular.
Ingredientes (4 personas):
- 1 solomillo de cerdo
- 2 latas de champiñones
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- 1 hoja de laurel
- 1 vaso de vino blanco
- Un puñado de almendras tostadas con sal
- Sal y pimienta negra (al gusto)
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
- Comenzamos pochando la cebolla en una sartén. Añadimos la hoja de laurel.
- Cuando empiece a estar transparente añadimos el solomillo entero que habremos salpimentado a nuestro gusto y lo doramos por todos lados.
- Una vez doradito, echamos el vaso de vino blanco y lo ponemos unos minutos a fuego máximo para que se evapore el alcohol
- Añadimos las latas de champiñones (incluido el líquido que traen) y dejamos que siga cocinándose todo a fuego mínimo unos 10 o 15 minutos.
- Sacamos el solomillo y sobre una tabla lo cortamos en rodajas del grosor que queramos. Y ya troceado, lo añadimos de nuevo a la sartén.
- En un mortero, machacamos el diente de ajo y las almendras (si no os gusta mucho el toque del ajo, podéis prescindir de él perfectamente).
- Justo antes de retirar del fuego, añadimos las almendras machacadas, removemos para que se integre bien y listo para comer!!
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